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 René Magritte.- L’interlude de la logique (1960)

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René Magritte realizó esta obra en la etapa final de su carrera artística. Encontramos en ella elementos representativos comunes al resto de sus composiciones: el motivo del mar, el cielo lleno de nubes, las cortinas en tono marrón-rojizo y los peces. Son numerosas las obras de este autor que los contienen, y es por esto que al contemplar este lienzo podemos afirmar sin ninguna duda que se trata de un Magritte.

Los tonos los conocemos, pues se repiten en la gran mayoría de sus trabajos y, sin duda, en los de su última etapa. Magritte utilizaba tanto colores vivos como tonos pastel, pero siempre conseguía darles un aspecto más frío, como de calma y tranquilidad. El rojo, azul y los tonos grises y marrones siempre formaron parte de su paleta. Encontramos en esta obra su esencia, el surrealismo con el que jugaba, su pincelada realista, que nos hace teletransportarnos a un mundo onírico.

Como ya hemos estudiado, Magritte mantenía una lucha encarnizada con la lógica. En L’interlude de la logique, juega como siempre a provocar nuestras percepciones de la realidad. ¿Por qué tiene un pez que vivir en el agua, sólo porque nuestras percepciones de lo real así digan que es? ¿Acaso son nuestras percepciones fiables? ¿Acaso es el mundo como lo percibimos el mundo real? Magritte nos explica con esta obra lo que nuestra lógica predispone, jugando, como siempre, con la forma: el pez se encuentra en el cielo, para Magritte ese es su lugar. En el mar encontramos un espacio en el que el animal encajaría perfectamente: es el puzzle de la lógica. Nosotros querríamos encajar esa pieza donde le corresponde, pero Magritte nos indica, utilizando el fondo de cielo que sitúa igualmente detrás del hueco, que nunca sabremos si el mar es el lugar al que pertenece. Podría pertenecer al cielo perfectamente. Se trata de una perspectiva onírica, de ver lo que vemos en nuestros sueños. Se trata de un resumen de la extensa obra de este autor.

El formato es apaisado para permitirnos estudiar la obra en profundidad. Nuestra lectura visual es guiada de un lado a otro gracias a la situación de la línea del mar, del pez y de su silueta en el nivel inferior. Asimismo, las cortinas a los lados cierran la composición, invitándonos a  ver lo que se encuentra en su interior.

Podemos ver los efectos del paso del tiempo por el lienzo, el cual data de 1960, como se expone en el título de la práctica. Actualmente se encuentra en exposición en el Museo Magritte, en Bruselas.